La aplicación del marco clásico de control de concentraciones a la economía digital presenta retos de tal calado que se ha cuestionado su efectividad. Muchas concentraciones digitales escapan a los umbrales de notificación tradicionales, aunque puedan afectar significativamente a la competencia. Para corregirlo varias jurisdicciones han introducido nuevos umbrales que sin embargo para las empresas pueden suponer menor seguridad jurídica y mayores cargas.
Además, en algunas operaciones digitales que sí fueron analizadas, las autoridades de competencia han sido criticadas por subestimar los riesgos que suponían para la competencia. Por un lado, esto ha impulsado desarrollos académicos y mejores prácticas para adaptar las teorías del daño a las singularidades de la economía digital. Por otro lado, ante la dificultad de acreditar riesgos para la competencia en entornos tan dinámicos se han propuesto reformas para suavizar el estándar de prueba.
Abstract
The application of the traditional merger control framework to the digital economy presents such significant challenges that its effectiveness has been questioned. Many digital mergers fail to meet traditional notification thresholds, even though they may significantly affect competition. To address this, several jurisdictions have introduced new thresholds, which, however, may result in less legal certainty and greater burdens for companies.
Furthermore, in some digital transactions that were analyzed, competition authorities have been criticized for underestimating the risks they posed to competition. On the one hand, this has spurred academic developments and best practices to adapt harm theories to the unique characteristics of the digital economy. On the other hand, given the difficulty of proving risks to competition in such dynamic environments, reforms have been proposed to soften the standard of proof.